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La articulación temporomandibular es la articulación que relaciona el hueso temporal del cráneo con la mandíbula. Se trata de dos articulaciones unidas por el hueso mandibular, una a cada lado de la cabeza que actúan simultáneamente.
Está relacionada con Los músculos de la masticación y con la forma de engranar los dientes.
Las patologías que afectan a la musculatura y a la oclusión de los dientes como el bruxismo, producen alteraciones del correcto funcionamiento de la articulación que se manifiestan en función de la gravedad como dolor, chasquidos bloqueos y limitación de la movilidad.
La oclusión es la forma en la que los dientes superiores entablan contacto con los dientes inferiores.
Estudia las relaciones estáticas y dinámicas que ocurren entre el maxilar superior y la mandíbula. En estas relaciones intervienen los dientes, la articulación temporomandibular (ATM), la musculatura de la masticación y músculos accesorios que desempeñan una función menor.
Se trata de un hábito involuntario en el que los pacientes aprietan los dientes inferiores contra los superiores y rechinan, frotándolos y deslizándolos sin ningún objetivo funcional Se puede producir durante el día o por la noche. La forma más frecuente es la relacionada con el sueño, que es también la más difícil de controlar.
El estrés, la ansiedad y los problemas de sueño son los principales desencadenantes del bruxismo, ya que produce tensión en los músculos de la masticación. También se relaciona con otras enfermedades sistémicas, medicación y factores congénitos.
Las interferencias oclusales son alteraciones en los dientes que provocan un mal engranaje de los mismos. De manera inconsciente el organismo intenta desgastar o evitar estas interferencias alterando la forma fisiológica de morder para conseguir una oclusión más cómoda.
Los trastornos del sueño pueden originar que la calidad del mismo no sea la correcta y produzca tensión en los músculos masticatorios.
El bruxismo puede provocar desgaste del esmalte, dolor dental, alteraciones de la articulación temporomandibular y cefalea o dolor de cabeza.
El efecto más perjudicial se da en los músculos masticatorios y en la articulación temporomandibular (ATM) en forma de dolores de cabeza, de oído, dolores en el cuello, dolor al abrir la boca, ruidos con el movimiento de la articulación y con el tiempo dificultad para masticar.
Si se trata de un bruxismo muy intenso, puede afectar al sueño, no consiguiendo la función reparadora y de descanso del mismo.
Para poder establecer unas pautas de tratamiento es fundamental identificar el origen del trastorno: alteraciones del sueño, ansiedad, estrés o problemas de oclusión.
Los tratamientos reducen el dolor si lo hay y previenen el desgaste y la fricción dental mediante la consecución de una oclusión estable y la utilización de férulas de descarga.
Si el paciente presenta mucho desgaste de los dientes, es importante rehabilitar el tejido dentario perdido para que los dientes tengan la forma y altura adecuada, ya que esto es imprescindible para conseguir una oclusión óptima.
Las férulas de descarga se suelen colocar durante el sueño. Además de evitar el desgaste solucionan otros síntomas derivados del bruxismo como dolores de cabeza, ATM, oído, cuello, tensión en los músculos…
También son recomendables las sesiones de fisioterapia para liberar la tensión acumulada en los músculos de la masticación.
Además de estas medidas, en los casos más severos, con episodios agudos de dolor está indicado el uso de fármacos miorrelajantes.
La articulación temporomandibular es la articulación que relaciona el hueso temporal del cráneo con la mandíbula.
Se trata de dos articulaciones unidas por el hueso mandibular, una a cada lado de la cabeza que actúan simultáneamente.
La articulación temporomandibular es la articulación que relaciona el hueso temporal del cráneo con la mandíbula.
Se trata de dos articulaciones unidas por el hueso mandibular, una a cada lado de la cabeza que actúan simultáneamente.
Está relacionada con Los músculos de la masticación y con la forma de engranar los dientes.
Las patologías que afectan a la musculatura y a la oclusión de los dientes como el bruxismo, producen alteraciones del correcto funcionamiento de la articulación que se manifiestan en función de la gravedad como dolor, chasquidos bloqueos y limitación de la movilidad.
La oclusión es la forma en la que los dientes superiores entablan contacto con los dientes inferiores. Estudia las relaciones estáticas y dinámicas que ocurren entre el maxilar superior y la mandíbula.
La oclusión es la forma en la que los dientes superiores entablan contacto con los dientes inferiores. Estudia las relaciones estáticas y dinámicas que ocurren entre el maxilar superior y la mandíbula.
En estas relaciones intervienen los dientes, la articulación temporomandibular (ATM), la musculatura de la masticación y músculos accesorios que desempeñan una función menor.
Se trata de un hábito involuntario en el que los pacientes aprietan los dientes inferiores contra los superiores y rechinan, frotándolos y deslizándolos sin ningún objetivo funcional.
Se puede producir durante el día o por la noche. La forma más frecuente es la relacionada con el sueño, que es también la más difícil de controlar.
Se trata de un hábito involuntario en el que los pacientes aprietan los dientes inferiores contra los superiores y rechinan, frotándolos y deslizándolos sin ningún objetivo funcional.
Se puede producir durante el día o por la noche. La forma más frecuente es la relacionada con el sueño, que es también la más difícil de controlar.
El estrés, la ansiedad y los problemas de sueño son los principales desencadenantes del bruxismo, ya que produce tensión en los músculos de la masticación.
También se relaciona con otras enfermedades sistémicas, medicación y factores congénitos.
El estrés, la ansiedad y los problemas de sueño son los principales desencadenantes del bruxismo, ya que produce tensión en los músculos de la masticación.
También se relaciona con otras enfermedades sistémicas, medicación y factores congénitos.
Las interferencias oclusales son alteraciones en los dientes que provocan un mal engranaje de los mismos.
De manera inconsciente el organismo intenta desgastar o evitar estas interferencias alterando la forma fisiológica de morder para conseguir una oclusión más cómoda.
Los trastornos del sueño pueden originar que la calidad del mismo no sea la correcta y produzca tensión en los músculos masticatorios.
El bruxismo puede provocar desgaste del esmalte, dolor dental, alteraciones de la articulación temporomandibular y cefalea o dolor de cabeza.
El bruxismo puede provocar desgaste del esmalte, dolor dental, alteraciones de la articulación temporomandibular y cefalea o dolor de cabeza.
El efecto más perjudicial se da en los músculos masticatorios y en la articulación temporomandibular (ATM) en forma de dolores de cabeza, de oído, dolores en el cuello, dolor al abrir la boca, ruidos con el movimiento de la articulación y con el tiempo dificultad para masticar.
Si se trata de un bruxismo muy intenso, puede afectar al sueño, no consiguiendo la función reparadora y de descanso del mismo.
Para poder establecer unas pautas de tratamiento es fundamental identificar el origen del trastorno: alteraciones del sueño, ansiedad, estrés o problemas de oclusión.
Para poder establecer unas pautas de tratamiento es fundamental identificar el origen del trastorno: alteraciones del sueño, ansiedad, estrés o problemas de oclusión.
Los tratamientos reducen el dolor si lo hay y previenen el desgaste y la fricción dental mediante la consecución de una oclusión estable y la utilización de férulas de descarga.
Si el paciente presenta mucho desgaste de los dientes, es importante rehabilitar el tejido dentario perdido para que los dientes tengan la forma y altura adecuada, ya que esto es imprescindible para conseguir una oclusión óptima.
Las férulas de descarga se suelen colocar durante el sueño. Además de evitar el desgaste solucionan otros síntomas derivados del bruxismo como dolores de cabeza, ATM, oído, cuello, tensión en los músculos…
También son recomendables las sesiones de fisioterapia para liberar la tensión acumulada en los músculos de la masticación.
Además de estas medidas, en los casos más severos, con episodios agudos de dolor está indicado el uso de fármacos miorrelajantes.